miércoles, 28 de marzo de 2012

Nomenclaturas viarias




La nomenclatura viaria es asunto suscitador de discusiones, encendidas incluso, enconadas en algunas ocasiones. Generalmente, la decisión del bautismo callejero queda a expensas de los políticos de turno y en ocasiones a criterios tan aleatorios como la eventual lectura de una edil en el momento de la toma de decisión. Por esta razón tiene calle en Huesca Frida Kahlo (cuya biografía devoraba la edil proponente) y no, por citar, Antonio Saura. Esta y porque se ha adoptado para el callejero oscense la cuota de sexo.

Es cuestión tan curiosa en el caso de Huesca como que durante años, la decisión la tomaba la comisión de Hacienda, órgano tal vez más apropiado para definir la calificación fiscal de las calles que para estos asuntos más pedestres. Desde época reciente la competencia es de Urbanismo.

Perviven en algunas vias de la ciudad castiza nombres de antaño.

Cuando escribo de la calle de Roldán suelo agregar entre paréntesis "callejón del Saco".

Esta costumbre me reportó hace varios meses una severa admonición de un lector que me reprochaba esta tendencia convencido de que suponía un desdoro semejante como el denominar a un fulano por el apodo familiar, por ejemplo.

Le expresé mi completo desacuerdo, indicándole que, al contrario, mantener los nombre populares me resulta una sana costumbre para mantener el acervo popular. Estoy convencido de que no pocas personas conocen, por ejemplo, la vía que une Fatás con Manuel Bescós/Silvio Kosti como callejón del Saco y no como calle de Roldán. A la razón que podríamos denominar como "huesqueta" se le unía la práctica.

No aspiro a tener la razón, pero me parecería una buena idea la doble rotulación de calles con denominación oficial y popular: Goya-Alpargán, Lanuza-San Martín, López Allué-Mercado (tras el sonado fracaso del empeño oficial de denominarla como lo que nunca ha sido: plaza Mayor), Roldán-callejón del Saco, Ramiro el Monje-Correría, Sancho Abarca-Pataquera, Sancho Ramírez-Ballesteros, Nuestra señora de Salas-El Navarrico, Concepción Arenal-plaza de la Cárcel, San Jorge-Barrionuevo, Alfonso el Batallador-La Corralaza, plaza de la Inmaculada-del Principal, Lucas Mallada-Alameda y ronda de Montearagón-Trasmuro.

El listado no es capricho de un servidor. Está rescatado del limbo municipal. Forma parte este breve callejero de un acuerdo adoptado por la Comisión de Cultura del Ayuntamiento en 1997. El asunto quedó en la presentación de un estudio justificativo de esta medida por parte de Julio Brioso, documento que pasó a la tierra de nadie de los temas consistoriales.

En el siguiente mandato, Chunta Aragonesista recuperó el asunto pero con intención de llevar al callejero no solo la doble nomenclatura oficial-popular sino también castellano/aragonés. No fue nada este segundo intento.

Posdata de post: Otra de las inveteradas costumbres es denominar calles con el nombre de alcaldes. En la lista de regidores  además de José Luis Rubió (que todavía no tiene porque no se ha planteado oportunidad) echo en falta uno: Jesús Abad, que presidió la Corporación en 1932, entre Mariano Carderera y Manuel Sender. Fue director de la Escuela Normal de Maestros, militante de Acción Republicana y miembro de la Diputación Provincial, que llegó a presidir en 1933.


La imagen, de Víctor Ibáñez, corresponde al callejón del Saco.

3 comentarios:

  1. Cierto es que el doble nombre es frecuente, y no se muy bien el porqué del empeño en cambiar algunos ya consolidados. No pasaría nada por poner una plaquita, barata, con los nombres conocidos de algunas calles (Lanuza, San Martín, de los Moros..) (Plaza de Montearagón, Millan, Cristianos Nuevos, que dan pistas de la historia y de la geografía (Calle La Campana- del medio) (Las huertas-caracolas o caracoletas). También falta, ya que lo nombras, una calle, o lugar, o edificio para Julio Brioso. Desde la AAVV Juan de Lanuza lo hemos solicitado, al igual que para Manuel Benito. Gestos que no cuestan dinero, y que enriquecen. Saludos. Buen artículo. Miguel Campo.

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  2. Gracias por tu comentario. Ciertamente estas cosas suman. Y comparto tu comentario sobre la deuda con Julio Brioso.
    Por cierto que ayer leía un artículo de Carlos Garcés en "Cuatro Esquinas" en la que señalaba que los cambios de algunos nombres viarios como Correría-Ramiro el Monje o Ballesteros-Sancho Ramírez fueron decisión de Manuel Camo. Creo que es el oscense más controvertido del siglo XX y de lo que llevamos de este. Y como señala Garcés Manau, aún está pendiente un estudio sosegado sobre esta figura.

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  3. Yo he vivido en Huesca cuando era niña y recuerdo que al principio de la calle, a la parte de arriba, colgaban un saco cuando eran fiestas, pero no recuerdo que hacian algùn festejo.

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